sábado, 20 de diciembre de 2008

Instintos (primera parte)

Lo he dicho cientos de veces pero creo que nunca está de más recordarlo, los humanos somos animales. Y como animales que somos tenemos instintos. Somos el único animal (que se sepa) capaz de reprimir sus instintos.


Todo lo que hacemos en nuestras vidas es consecuencia directa de esos instintos. Y la mano negra que trata de hacer que cedamos a ellos es el "cerebro". Hay que pensar en el cerebro como un centro de operaciones como el Pentagono, donde hay un montón de mentes pensantes ideando planes que nos lleven a la consecución de nuestros objetivos. En las mentes enfermas masculinas hay mayor número de secretarias dispuestas a acostarse con las mentes pensantes y en las mentes enfermas femeninas esas mentes pensantes se parecen casualmente al Duque.


El cerebro utiliza los trucos más sucios que nos podamos imaginar. Os pongo por ejemplo cuando nos tumbamos en un sofá y estamos cansados y nuestra mente nos dice "voy a cerrar los ojos para descansar un momento la vista", ahí el cerebro nos la está metiendo doblada, porque eso te llevará indefectiblemente a quedarte frito, que es lo que el cerebro quiere a fin de hacerte descansar.


Nuestro instinto más claro es el de reproducirnos. El cerebro sabe que para reproducirse tiene que mantener relaciones sexuales, las cuales sabe que son buenas (o bien por experiencia propia o bien habiendose documentado con peliculas y revistas para adultos) y eso nos lleva a la busqueda de alguien con quien mantener esas relaciones sexuales. Yo creo que con las generacions el instinto de reproducción ha quedado relegado al del placer sexual, puro y duro.


Nosotros vemos pasar una chica y en cuanto entra en nuestra linea de visión el cerebro empieza a analizarla cual Terminator (ya sabeis "I need your cloth, your boots... in the floor of my bedroom") y decide si es una candidata apta para mantener relaciones sexuales con nosotros. Si decide que si, las mentes pensantes envian al comando especial de operaciones negras a realizar su labor, consistente o bien en soltar un nido de mariposas en nuestro estomago o bien en desviar el curso sanguineo de veintisiete venas hacia nuestro organo viril. Por supuesto nuestro cerebro le encontrará para nosotros puntos positivos obviando los negativos (como que es una mujer) y nosotros trataremos dentro de lo posible de acabar con ella en la cama. Eses es más o menos el caso en los hombres.


El caso en las mujeres es similar. Ven a su presa... el "homo semierectus" y los Duques Pensantes se ponen manos a la obra. Realizan el analisis basandose en grandes premisas "¿me aporta seguridad?" "¿Economicamicamente me sirve?" "¿Sera un buen padre?" y tras responder a todas esas preguntas activará la alarma denominada "Odio de la Cazadora", consistente en odiar a todas las demás hembras y apartarlas de su macho. Finalmente los de operaciones negras (todos con la cara de Hugo Silva) empezarán el despliegue denominado "dejarse hacer"consistente en seducir al macho de la forma más pasiva posible. En definitiva, envian una especie de ninjas psiquicos al centro de operaciones especiales masculino (de aspecto similar a Hally Berry) para que corrompan el sistema y lo manipulen haciendole colapsarse y creerse enamorado o excitado. Por supuesto, una vez esos ninjas consiguen su trabajo, en el centro de operaciones femenino hay relampagos y se oyen risas maniacas, fruto de la maldad intrinseca en la mujer.


El tema es demasiado extenso para ser tratado en un solo post. Asi que no os prolongaré la agonia. Para finalizar os pondre una foto de uno de esos ninjas psiquicos en plena acción.